Lucas Ezequiel Fernández

Comencé a tocar el piano a los 8 años. Yo en realidad prefería la batería, pero mi papá me dijo
que hacía mucho ruido. Mi hermana se decidió por la guitarra entonces yo elegí el piano.
Empecé con las clases en una pequeña escuela de música en Florida, Vicente López. Estudié un
par de años con Lautaro Huerín, un tremendo pianista. Él se inclinaba más hacia la música
popular. A veces yo no quería estar en la clase y me iba a las escaleras a sentarme. Lautaro con
toda su amorosidad me invitaba y me incentivaba para seguir. Mi papá también me
incentivaba, quizás mucho. A veces no podía salir con mis amigos porque no estaba el tiempo
suficiente tocando el piano. Hoy en día le agradezco un montón, sin él mi técnica y amor por la
música no serían lo mismo.
Alicia Cipolla fue mi gran maestra, hasta mis 18 años tomé clases particulares con ella.
Me preparó para el ingreso a la UNA y hasta tocamos varias veces juntos en conciertos.
En la universidad me anoté con Manuel Massone, profesor recomendado por la misma
Alicia. Hoy en día sigo tomando sus clases. Obtuve dos menciones honoríficas en concursos
nacionales de piano y de cámara y actualmente me estoy presentando a dos concursos
latinoamericanos de piano.